Estados Unidos: Un poema de Sean Swain, anarquista en prisión

No voy a morir
Las mil muertes de la transigencia
Abandonando nombres a cambio
De comida o cobijo.
Me morderé el brazo
Para ahogar los gritos
Y robaros la satisfacción
Cuando me reducís.

No voy a morir
Abochornado, la barbilla al pecho
Arrodillado ante el hueco humillante
Que cavé para mí
Esperando el disparo.
Siempre rechazaré la venda.

No voy a morir
Abandonado y solo
Destruido por los recuerdos
De lxs que quiero,
Sin cuestionar mi destino.
Alguien siempre habrá bajo la lluvia
Por fuera de la ventana de vuestra oficina,
Mi nombre escrito en un trozo de cartón.

No importa las veces que me degolléis
O me ahorquéis con mis propias sábanas
O me aporreéis con vuestras macanas
O me disparéis balas al cerebro,
Ya me cerquéis en el Bantustan sudafricano
O en una fábrica de Coca-Cola en Bolivia
En un callejón tras el Stonewall
O en una cárcel en el corazón de todo,
No voy a morir

Un millón de veces —
No voy a morir

Sólo conseguiréis mi cadáver.

Sean Swain
(noviembre de 2012)