El río Aqueloo y su desvío

Texto escrito en 2006 sobre las catastróficas consecuencias del desvío del río Aqueloo para el medio ambiente y el ser humano. En este se contesta a la invención de la ideología dominante de la necesidad de tales obras en el nombre del ´desarrollo´ capitalista.

El río Aqueloo nace a una altitud  de 2.000 metros, en las vertientes meridionales del monte Lacmo (Paloma), en la sierra de Pindos, en la zona del pueblo de Métsovo. Delimita la región del Epiro de la de Tesalia y recorriendo las montañas del sur de Pindos y del oeste de la región de la Grecia Peninsular, desemboca al sur de las islas Equínadas, en el mar Jónico. Durante su recorrido hacia el sur se enriquece con las aguas de muchos afluentes suyos, como Tauropo, Agrafiotis y Trikeriotis.

En la antigüedad era venerado como un dios fluvial, en especial por los etolios y los acarnanios. Las más antiguas de las imágenes del dios Aqueloo se remontan al siglo VI a.C. Con la imagen de un toro antropomorfo representaban su impetuosidad y con la imagen de un dragón el curso helicoide de sus aguas. Según la mitología, Aqueloo era considerado el dios fluvial más importante. Era hijo de Océano y de Tetis, padre de las ninfas y de las sirenas, ancestro de todas las aguas corrientes y de las fuentes. En la Ilíada homérica, superior al divino Aqueloo en potencia era considerado sólo Zeus.

El mito más conocido y diseminado en la mitología y el arte de la antigüedad se refiere a la disputa del dios fluvial Aqueloo con el semidiós Hércules por Deyanira, hija del rey de Calidonia Eneas. Hércules al final derrotó al Aqueloo-toro, después de cortarle un cuerno y echarle al suelo. Hércules devolvió a Aqueloo el cuerno roto y este a cambio le proporcionó el cuerno de Amaltea, que era fuente de abundancia y fertilidad. Según la interpretación del mito, principalmente por Estrabón y Deodoro, la victoria de Hércules se asocia con la construcción de unas obras contra inundaciones y desecadoras en la zona ribereña y el cuerno de Amaltea simboliza el terreno fértil que surgió de la construcción de estas obras. La teoría más plausible sobre el antiguo nombre del río remite al prefijo ´aq´ que significa agua (p.e. Aqueronte, Ínaco, Aracto) y el adjetivo comparativo ´loon´ que significa mayor, más grande. Los dos juntos indican el río de muchas aguas.

En los años medievales el río tomó el nombre de Río Blanco o Blanco, porque sus aguas tienen un color blanco, opaco, que procede de la arcilla que acarrea de la zona geológica de los flysch que atraviesa, en la sierra de Pindos. El viajero turco Evligiá Tselempí escribía en 1688 en su obra ´Viajes´ sobre Aqueloo: “en el lago desemboca un río cristalino que se llama Aguas Blancas. Sus aguas son tranparentes como los ojos del ave grulla. De él se abastecen de agua los lugareños”.

En 1803 S.L.S. Bartholdy escribas en sus ‘Impresiones de Viajes’: “entre los más renombrados de los ríos de Grecia, pocos son realmente bonitos, porque, en muchos lugares las orillas están desnudas sin nada de vegetación. Aqueloo, el rey de Acarnania, es el único que con su anchura y su impetuosidad presenta un espectáculo impactante. El lecho en el cual fluyen sus aguas puede llegar, en las etapas de lluvias, a la cuarta parte de una milla alemana. Su color es blancuzco y sus aguas espumosas parece que les han echado tiza, de ahí el nombre que tiene hoy: río blanco”.

La longitud del río supera los 220 kilómetros y su anchura máxima llega a los 90 metros. Su cuenca hidrográfica tiene una superficie de 5.000 km2 y constituye un ecosistema fluvial importante con unos paisajes naturales únicos, desde su nacimiento hasta su desembocadura, comprendiendo especies de plantas y animales raras, entre ellas osos, lobos, corzos, cabras monteses, buitres y águilas.

En sus orillas se han desarrollado desde la antigüedad varias civilizaciones, cuyos vestigios, como p.e. castillos, poblaciones, senderos pavimentados, puentes arqueados de piedra, se conservan hasta hoy. El área que discurre en su corriente alto ha constituido la cuna de una civilización montañosa y el refugio de los insumisos y rebelados, con una historia muy larga, desde la época de los bandidos de la dominación otomana hasta la época de la resistencia a la ocupación nazi y la de la guerra civil. Antiguamente el río blanco descendía incontenible hasta el delta de su desembocadura y las marismas en la costa del mar Jónico. Se ha calculado que su suministro de agua llegaba a los 2.5-3-5 billones de km3 al año. Sin embargo, hoy, el antiguo dios fluvial se enfrenta con su desaparición. Entre las décadas de los ´50 y los ´60 se sometió a tres grandes intervenciones que detuvieron su corriente, con el fin de construir embalses hidroeléctricos, y una más a su afluente Tauropo (Mégdovas), que tenía un carácter de riego, desviando sus aguas hacia la llanura de Karditsa. Así surgieron las presas de Kremastón, Kastraki, Stratos y Tauropo. Justo en la misma época, con la creación de estas obras hubo una reducción enorme de la población de la zona: el porcentaje de esta reducción para los pueblos ribereños de las tres provincias que atraviesa el río, raya el 35%, mientras que es sumamente alto el porcentaje de envejecimiento de la población que se ha quedado en estas zonas.

En concreto, la presa de Kremastón es considerada la presa terrestre más grande en Europa, el nivel de cuya agua llega a los 153 metros y su anchura a los 500 metros. Reúne las aguas de los ríos Aqueloo, Agrafiotis y Tauropo, creando un embalse enorme, un pantano artificial de capacidad para 4.700 millones de metros cúbicos. Desde 1965 aquí está funcionando la más grande central hidroeléctrica de DEH[1] en el país, constituida por 4 centrales gigantescas.

Cuando se hicieron estas obras y se completó la elevación del nivel de la presa en 1963, docenas de pueblos y puentes, testimonios materiales de una historia milenaria, fueron tachados del mapa ya que las aguas cubrieron su área. Simultáneamente, la creación de la presa y la acumulación de una enorme cantidad de agua tuvieron como resultado el cambio climático en la zona y para colmo de males el terremoto desastroso del 5 de julio de 1966.

Con la creación de todas estas presas, se sumergieron en el agua algunas de las áreas más bellas de Etolia y Acarnania y el mítico Aqueloo se convirtió en una serie de lagos artificiales que alteraron la belleza natural de los paisajes naturales y causan graves problemas al delta y las marismas de la desembocadura del río. Desde el kilómetro 16 de su longitud, Aqueloo dejó de ser un río natural, y una gran parte de su cauce está canalizada. La desembocadura del río en el mar Jónico forma un extenso delta, cuyo aspecto  ha sido formándose durante los últimos 10.000 años de las aluviones del río. Está caracterizada como uno de los biotopos acuáticos más importantes en el Mediterráneo.

Cañaverales, pantanos con vegetación abundante, marismas de agua salubre, dunas raras ya en el mediterráneo y prados-pantanos constituyen un paisaje de una importancia biológica excepcional. Su continuación se consigue con las aguas dulces y el material fluvial que acarrea Aqueloo. Estos son los elementos indispensables para la conservación de la salinidad y de los islotes de arena que protegen las marismas del ímpetu corrosivo del mar. También en el delta se alberga una fauna de aves rica, puesto que su particularidad de no helarse en invierno lo convierte en refugio para que pasen ahí el invierno especies que se aniquilarían en los climas más fríos del norte. El delta del río Aqueloo constituye el área donde pasan el invierno aves rapaces, entre ellas águilas y buitres locales.

La actividad humana en la zona-como se expresa con cultivos intensivos, drenajes, caza ilegal, urbanización ilegal y descontrolada, vertido de desechos, canalización del lecho del río- está amenazando la viabilidad de estos biotopos acuáticos. El anunciado desde la década de 1980 desvío de Aqueloo parece ser el comunicado de su destrucción definitiva. La reducción dramática de la cantidad de agua después del desvío, supondrá la disminución de las resistencias naturales del área a la penetración del agua de mar, conllevando unas secuelas ecológicas irreversibles. Las ya superficies cultivadas, con el aumento del índice de salinidad, se están convirtiendo en gran escala en no aptas para cualquier tipo de cultivo.

En la parte norte del delta de Aqueloo se han conservado unos pequeños bosques ribereños, residuos de los inmensos bosques que había antiguamente en estos lugares. En 1859, cuando pasó por esta zona el ornitólogo inglés W.H. Simpson, registró que existían ‘‘grandes bosques ribereños que recordaban la selva y el sol no los podía penetrar’’. El más importante de los bosques que se conservan hoy es el bosque de Fraxos, cerca de Lesini, el cual después de la desecación del lago Meliti después de la 2ª guerra mundial y la entrega de miles de hectáreas a cultivos, ha quedado como un islote, dentro del ´mar´ del maíz. Tiene una superficie de unas 60 hectáreas y en 1985 ha sido declarado “Monumento de la Naturaleza”. Los enormes árboles centenarios están rodeados de plantas trepadoras y riachuelos que fluyen por todo el bosque y constituyen el biotopo ideal para la nutria y el refugio de un número importante de pájaros, así como de muchas especies de anfibios y reptiles.

La idea del desvío de Aqueloo fue lanzada por primera vez por un profesor en 1925, y fue estudiada a finales de la década de 1950 durante el mandato de Constantino Karamanlís. El primer anuncio de la obra fue realizado en 1964 por Georgios Papandreu, en un discurso suyo en la plaza mayor de Larisa. Con la obra se ocupó la dictadura (1967-1974), mientras después de la transición el gobierno de Ralis dispuso 200 millones de dracmas para el estudio de la obra y convocó un concurso internacional. Andreas Papandreu anunció también varias veces el inicio de la obra, como por ejemplo en el aniversario de Kilelér en 1983. En 1985 se iniciaron las obras del desvío en uno de sus puntos más estrechos y bonitos, en el curso alto de Aqueloo en la sierra de Pindos, sin ningún estudio previo a la obra y sin acuerdo con los vecinos. El 30 de mayo de 1990, los habitantes del pueblo de Mesojora ocuparon el área de las obras de la presa de DEH y se enfrentaron con 400 maderos del grupo antidisturbios de la policía.

Los continuos anuncios del comienzo de la obra, la propaganda acerca de ella, y simultáneamente la intensificación de la producción y el imprudente uso del agua de regadío en los cultivos de Tesalia, condujeron al agotamiento de los acuíferos y crearon la impresión simplificada de la necesidad de la obra como única solución para la renovación del horizonte acuífero, el regadío de las zonas cultivadas y el abastecimiento con agua de los centros urbanos.

Durante estas décadas, se despilfarraron los recursos acuáticos de Tesalia en beneficio de la “economía nacional”. El Estado dirigió a los agricultores al monocultivo del algodón que requiere muchísima agua. Por cada 5 hectáreas se abrió una prospección profunda (¡hoy el acuífero ha llegado a una profundidad de más de 200 metros!). Este modelo de desarrollo ha tenido como consecuencia el agotamiento de las aguas subterráneas y la aparición como salvación a la amenazada catástrofe de Tesalia por escasez de agua, otra catástrofe de repercusiones incalculables, la del desvío del río Aqueloo.

El desvío de Aqueloo no resuelve el problema sino que lo traslada y lo empeora, ya que la verdad es que la agricultura industrializada destroza el ambiente de Tesalia (en Grecia-y en concreto en el campo de Tesalia- se produce el 80% de la producción total del algodón de la Unión Europea). Esta opción ha conducido al abandono del barbecho (rotación de cultivos), a la erosión y la desertización de los suelos por la irrigación excesiva, a la formación de hundimientos y grietas en el terreno, a causa de la extracción excesiva de agua, la absoluta carencia de materia orgánica, el uso cada vez más extendido de fertilizantes químicos, que tiene como resultados adicionales la contaminación, el aumento del coste, la reducción de la biodiversidad. Por consiguiente, aparte del medio ambiente, esta alternativa es también desastrosa para el pequeño agricultor, quien no puede hacer frente a sus exigencias crecientes, así como perjudica la salud de consumidores y productores, mientras que el agotamiento de las aguas de uso urbano y rural, en conjunción con la contaminación de los fertilizantes nítricos, ha llegado a su límite. En concreto el río Peneo, que constituye el río más grande de la región, ha perdido la mayor parte de sus aguas y corre el peligro de convertirse en un río seco, aparte de su contaminación en alto grado. Aquí debemos notar que todos los biotopos acuáticos naturales han dejado de existir desde hace mucho tiempo, como el lago Karla que fue totalmente desecado en 1962, en el nombre del “desarrollo”.

Un estudio presentado en el 3º Congreso para el Desarrollo de los Recursos Acuáticos de Tesalia, cita que “el campo de Tesalia presenta la demanda de agua más alta a nivel nacional, con 1.640 metros cúbicos por hora, mientras que la demanda de uso rural con 1.600 metros cúbicos por hora supera el doble del promedio en Grecia”. Mientras que los milímetros de lluvia en Tesalia oscilan de 600 a 800 al año ( en oposición a la Grecia occidental, donde superan el doble de estas cifras), la demanda de agua para uso urbano oscila de 50 a 54 metros cúbicos por hora, siendo la más alta en todo el país, con la excepción del Ática (289 metros cúbicos por hora), mientras que la demanda para uso rural es la más alta en toda Grecia (un promedio anual de 1.580 a 1.600 metros cúbicos por hora).

“Tesalia tiene la más alta demanda total de agua en toda Grecia (del Ática inclusive), superando los 1.640 metros cúbicos por hora. Tesalia tiene el índice de explotación acuática (ratio entre existentes recursos acuáticos y demanda) más alto en toda Grecia (0.36), con la excepción del Ática[2] (1.02). La previsión para el futuro índice de consumo en Tesalia es que va a ser el más alto en toda Grecia (0.28%), con la excepción del Ática (0.36%). Tesalia necesita un nuevo proyecto de desarrollo integral, con énfasis en la sostenibilidad y la gestión racional de los recursos acuáticos y centrándose en la creación de una agricultura viable hacia la dirección de la diferenciación de su economía, con el desarrollo de nuevas actividades en todos los sectores: agricultura, ganadería, industria, así como servicios y promoción de polos de desarrollo locales”. Según las conclusiones del congreso, la consideración es que “tampoco son suficientes las aguas abundantes del río Aqueloo para resolver el problema de Tesalia en recursos acuáticos y después del desvío de los 600 millones de metros cúbicos anualmente, el déficit de Tesalia llegará a los 200-300 millones de metros cúbicos al año.

La respuesta que se propone desde hace unas décadas al problema del agotamiento y la contaminación de las aguas de Tesalia, a causa de la mala gestión y despilfarro de los recursos naturales, es…el desvío de Aqueloo, “el cual se ha convertido en símbolo extremado de la ´lógica´: ¡cuando el pillaje de los recursos naturales y del medio ambiente llega a agotar sus posibilidades, entonces simplemente buscamos nuevos recursos naturales para saquear!”

Las obras principales para el desvío son una serie de construcciones, entre las cuales la presa de Mesojora, de capacidad para 228×106 metros cúbicos de agua, un túnel-tubería de 7.5 kilómetros de longitud, así como la presa gigantesca de Sykiá, de capacidad para 502×106 metros cúbicos, por la cual se prevé hacerse el desvío del río hacia Tesalia, a través de un segundo túnel-tubería de 17.4 kilómetros de longitud y de capacidad para 600×106 metros cúbicos, que arrancará en el pueblo de Petrotó y atravesando la sierra de Pindos acabará en Peukófyto, a 3 kilómetros del pueblo de Muzaki. Se calcula que el coste colosal de la obra sobrepasará los 340 millones de euros, el cual se cubrirá de los impuestos que pagará la población, para acabar en el bolsillo de los constructores. A este coste se tiene que añadir el coste de los gastos anuales de mantenimiento de la obra. Nadie puede estimar completamente las consecuencias de una intervención tal crucial en el ambiente medio natural. La obra supondrá una enorme catástrofe del medio ambiente en Tesalia, región que se va a cargar (agravar) aún más de las repercusiones del monocultivo intensivo con un uso extensivo de sustancias químicas. Al mismo tiempo se van a alterar los equilibrios ecológicos, establecidos durante miles de años a lo largo del lecho y en la desembocadura de Aqueloo, donde hay unos biotopos acuáticos significantes.

La obra va a hacer desaparecer unas regiones enteras, sumergiéndolas en el agua, mientras que va a alterar los paisajes naturales, los ecosistemas y su continuación en la zona del sur de Pindos. Además, provocará la huida de la población de los pueblos, puesto que el desvío de Aqueloo hará desaparecer definitivamente los pueblos de Mesojora (de 500 residentes permanentes) y Armatolikó, así como muchas poblaciones ribereñas. Mesojora es un pueblo histórico (la vieja Bytsitsa), a una altitud de 800 metros, que fue destruido entero el noviembre de 1943 por las tropas de ocupación alemanas. Los habitantes de Mesojora, hoy uno de los pocos pueblos de Pindos  habitados en invierno, desde hace dos décadas están luchando contra su desaparición.

Notemos que la tubería de desvío tiene un diámetro calculado para el desvío de una cantidad de agua más de dos veces de la que se supone que se va a desviar, mientras que hay un estudio de un futuro desvío de una parte del resto de las aguas de Aqueloo hacia el río Évino y desde allí hacia el Ática (provincia de Atenas). Después de recursos de grupos ecologistas- con respecto a la inexistencia de cualquier estudio sobre las incalculables repercusiones medioambientales de la totalidad de la obra, con la extracción de recursos acuáticos de las regiones del Epiro y de la Grecia peninsular y de su canalización a la llanura de Tesalia, incluyendo las repercusiones en las montañas, el mar Jónico y el Egeo- continuaron cuatro sentencias condenatorias del Consejo de Estado que anularon las relativas decisiones ministeriales e impusieron la interrupción de las obras:

“…como las obras por un lado se están ejecutando en el curso natural del río Aqueloo, pero por otro lado están integradas en las obras del ´conjunto del desvío´, es decir en el conjunto de la obras técnicas que se requieren para el almacenaje y la regulación de las aguas del curso alto del río y finalmente su desvío hacia la llanura de Tesalia y su canalización al lecho del río Peneo…la intervención tiene múltiples y graves repercusiones en el ambiente natural y humano de dichas áreas y sobre todo:

a. en la comunicación de los ecosistemas fluviales de Aqueloo y Peneo, la cual tiene como consecuencia directa la mezcla de su flora y fauna, con el evidente peligro para los dos de la disminución de su biodiversidad, a causa del antagonismo de sus especies. Porque la sierra de Pindos constituye hasta hoy una barrera geográfica intransitable, la cual incapacita el desplazamiento de los organismos autóctonos y sobre todo acuáticos y de la extraordinariamente rica flora y fauna de la región de la zona occidental a la oriental, mientras que la apertura del túnel-tubería permitirá por primera vez el movimiento de estas especies hacia la dirección de las aguas transportadas, es decir del oeste al este

b. la reducción de la cantidad de las aguas de Aqueloo y de su corriente total hacia su delta, el cual constituye un biotopo acuático importante y refugio y hábitat de aves salvajes, protegidas por las clausulas del Convenio Internacional de Ramsar

c. la construcción de una serie de presas grandes (Pili, Muzaki, Sykiá, Mesojora), que inundarán viviendas y campos, causarán el desplazamiento y el cambio de empleo de la población, perturbarán gravemente las existentes redes de comunicación, destruirán los ecosistemas terrestres y fluviales, sustituyéndolos por lacustres y conllevarán un cambio de los existentes microclimas y una grave alteración de la estética del paisaje

d. la reducción del suministro de las aguas de Aqueloo, al sur del desvío, hacia los ecosistemas naturales y humanos de la Grecia occidental que se abastecen de agua de estas aguas, con todas las consecuencias en la estabilidad y viabilidad de ellos, principalmente en períodos de sequía

e. graves mutaciones socioeconómicas y culturales de la multiforme explotación de las presas, las cuales tendrán unas repercusiones secundarias en el ambiente natural y humano de estas áreas

f. el aumento de las aguas y de la corriente del río Peneo hacia su delta, con un impacto significante en los ecosistemas naturales y humanos del campo de Tesalia, en particular un aumento de la contaminación a causa de las insecticidas tóxicas

…se deduce que la tentativa del desvío de una parte de las aguas del río Aqueloo hacia el campo de Tesalia, constituye una obra técnica compleja de gran escala y tiene repercusiones que pueden causar un daño grave e irreversible al ambiente medio de las zonas afectadas. Además es obvio que su impacto total en el ambiente medio natural de la Grecia occidental y de Tesalia no es igual a la suma de las consecuencias estimadas sólo a nivel local que tendrán las obras técnicas que se requieren para su realización, sino que es mucho mayor que este, debido al carácter dinámico y no lineal de los ecosistemas naturales y humanos en interacción y mutuamente perturbados. Por consiguiente, para registrar y evaluar las repercusiones de esta tentativa, no es suficiente la redacción de estudios sobre las repercusiones ambientales para cada una de las obras técnicas programadas, sino que es necesaria la redacción de un estudio más completo sobre las repercusiones ambientales, en la cual se correlacionen y se valoren conjuntamente, con el método científico adecuado, las consecuencias laterales posteriores en el medio ambiente, con el fin de buscar y valorar el impacto total de la obra en el medio ambiente a causa de la alteración del equilibrio acuático entre Grecia occidental y Tesalia…

A pesar de todo esto, las obras van avanzando, por una serie de intereses políticos y económicos… Recientemente, el julio de 2006 volvió de nuevo el tema del desvío de Aqueloo, con dos decretos sobre el desvío parcial del río, presentados por el ministro de Medio Ambiente y Obras Públicas G. Sufliás, en una ley irrelevante que concierne al catastro, con el propósito de saltarse con una ley parlamentaria las sentencias negativas del Consejo de Estado. Unos días después aparecieron en la Prensa unas inserciones pagadas por el Ministerio de Medio Ambiente y Obras Públicas que decían que “de la obra del desvío del río Aqueloo nadie va a perder”, así como declaraciones de Sufliás en las que el desvío se caracterizó como “una obra nacional” el cual como señaló “va a salvar Tesalia”, mientras que predijo que el agua de Aqueloo empezará a fluir en el campo de Tesalia a partir de 2009. Además acusó a los grupos ecologistas de “activismo ecológico”, al Consejo de Estado de “testarudez y una obsesión incomprensible con sentencias negativas” y las reacciones locales de la gente de la provincia de Etolia y Acarnania de “ignorancia y egoísmo chovinista”. Debemos señalar, desde luego, que las autoridades locales en la parte occidental de la región llamada Grecia peninsular, a pesar de que hoy parecen reacias al desvío, en el fondo son de poco fiar, ya que no se opusieron ni al desvío del río Morno ni al del río Évino, siendo dóciles a la Autoridad Central y estando sometidas al modelo de desarrollo capitalista y al servicio de la hidrocéfala metrópolis de Atenas, independientemente del coste para las provincias y la periferia. Concluyendo, Sufliás señaló que se han gastado ya más de 500 millones de euros (y se prevé que se van a gastar otros 220 millones, descontando el coste de las obras de DEH) y agregó que “el desvío de Aqueloo constituyó y sigue constituyendo una política básica y fija de todos los gobiernos después de la transición (1974)- incluyendo tanto el gobierno de Unidad Nacional como el Gobierno Ecuménico de 1989-90”.

Por otro lado, en un comunicado común suyo, la Sociedad de Protección del Medio Ambiente, la Sociedad Ornitológica Griega y WWF señalan: “El verdadero problema medioambiental de Tesalia no es la falta de agua, sino la colosal mala gestión de los recursos acuáticos, que está constantemente fomentada por las catastróficas selecciones políticas de las últimas décadas…El desvío de Aqueloo no sólo no solucionará el problema, sino que lo agravará, dando la imagen falsa de la existencia de unos recursos acuáticos inagotables y apoyando prácticas de su despilfarro”.

En un texto suyo, el Movimiento de Tesalia por Tierra y Libertad menciona al respecto, entre otros: “…ningún político, y sobre todo los que desde hace unas décadas han sido ministros y diputados, no puede convencernos de lo inocente de sus pretensiones, ya que ellos son los que han participado activamente en el crimen ecológico que se ha cometido en la tierra de Tesalia (monocultivo convencional, contaminación de tierras y ríos, destrucción de los acuíferos), en el crimen social que se ha cometido en perjuicio de los pueblos y las ciudades de Tesalia (evacuación de los pueblos de los jóvenes, penosa e imprudente cementación de los centros urbanos), y al crimen económico que se comete de una manera cada vez peor, día tras día, en perjuicio de los trabajadores, de los pequeños agricultores y de los jóvenes que viven en Tesalia (deudas a los bancos, salarios bajos, paro, facturas altas de agua, electricidad y teléfono).

Ya Aqueloo en su tramo de la provincia de Etolia y Acarnania ha cesado de ser un río, pues las tres presas de DEH en Kremastá, Kastraki y Stratos, lo han convertido en una secuencia de lagos artificiales. Las presas-infartos en Sykiá y Mesojora darán el golpe de gracia a lo que ha sido el río Aqueloo durante miles de años. El ´acorde´ coordinado del Comité Coordinador de Tesalia, de todos de todos los soberanos y agentes políticos, con el ministro de Medio Ambiente y Obras Públicas como honorario director de la orquestra,(¡) se ha puesto a convencernos de la necesaria y salvadora para el pueblo de Tesalia importancia de la catástrofe total de Aqueloo(!). Después de haber denominado ciegos a los representantes de los grupos ecologistas, se han esforzado por convencernos de que ellos constituyen los verdaderos partidarios del equilibrio ecológico, con unas opiniones que ponen en duda las leyes naturales eternas, diciendo por ejemplo que “(¡)el agua de los ríos que se vierte al mar se pierde(!)…”.
Sin embargo, se han puesto a convencernos de más cosas:

– que las aguas de Aqueloo van a limpiar al sucio río Peneo. Como si no haya sido el Peneo el que se ha ensuciado durante las últimas décadas, de los monocultivos impuestos por ellos, llenos de fertilizantes e insecticidas, de los vertederos de basuras descontrolados y de las grandes plantillas ganaderas e industriales que ´prosperan´ en sus orillas. Como si el Peneo no se pueda limpiar, con la limitación drástica de todas estas actividades contaminantes y la reducción de la extracción de sus aguas para el regadío.

– que hay escasez de agua para regar los cultivos. Como si todos estos 60añeros ministros, diputados, gobernadores de regiones y alcaldes hayan olvidado que Tesalia siempre ha sido el trigal y no el…campo de algodón de Grecia y que sus habitantes siempre adaptaban sus cultivos a los recursos acuáticos disponibles. Como si el agua que una Compañía de Energía o de Suministro de Agua-Irrigación mañana traerá a un precio altísimo, la vaya a repartir gratis a los pequeños y medianos agricultores y a los trabajadores de los centros urbanos. Como si no tengamos que volvernos hacia un uso racional de los recursos acuáticos ya disponibles, así como de otros que se pueden conseguir sin intervenciones ambientales gigantescas.

– que el agua del desvío de Aqueloo resolverá los problemas graves de los agricultores. Quizá pueda resolver los de los grandes terratenientes-aspirantes latifundistas de Tesalia-. Como si el problema principal de los agricultores fuera la escasez de agua, en el momento en el que hemos llegado al punto inaceptable que cada vez más terrenos se queden sin cultivar, que los pequeños agricultores sean desplazados y que las deudas a los futuros-o ya-privatizados bancos vayan aumentando.

– que combatirá el problema del paro. Como si los puestos de trabajo que se crearán durante unos 2-3 años hasta que se completen las obras, solucionasen el problema…

– que dará un impulso al turismo de la región. ¡Como si haya que existir un lago artificial para que haya turismo! O como si el único sector económico que puede desarrollarse en la región fuera el turístico. Pues, que nos digan: ¿han visto muchas escuelas cerradas abrir nuevamente porque cada fin de semana reciban una oleada de turistas?

– que fomentará la independencia energética de Grecia y que traerá una “energía verde”. Como si se vayan a reducir las cuotas de las facturas de DEH o de cualquier empresa de suministro de agua. Como si la cementación, el relleno de los bosques de escombros, la destrucción de ríos así como de civilizaciones enteras, sean más verdes que los “dahau energéticos” y las centrales eléctricas de lignito en Ptolemaida.

Hablemos claro: los únicos motivos que están escondidos tras esta obsesión por el completamiento de esta obra desastrosa son:

– La extensión de la actividad económica de las grandes empresas constructoras

– La máxima concentración posible de los recursos naturales- los cuales son un bien público-con el fin de ser explotados por intereses privados

– La explotación del medio ambiente a través de infraestructuras turísticas, en las cuales de la parte del león se benefician siempre extranjeros e inversores locales, o sea hombres griegos suyos

– La obtención de intencionalidades partidistas locales

Las sociedades locales de la región de Tesalia deben entender que como desde hace unas décadas el bien común nunca ha sido transmitido a las oficinas ministeriales y a los escaños parlamentarios, de la misma manera ahora el desvío de Aqueloo beneficiará sólo a los cooperantes soberanos de la vida económica y social. La concentración de los recursos naturales, como la de las aguas de Aqueloo, no constituye sólo un crimen no reversible, sino también un intento de control absoluto de estos recursos por las fuerzas dominantes de la economía del mercado (empresas estatales, privatizadas y grandes empresas privadas). Si la gente que ha crecido o que vive en este territorio de la península griega no es la primera en defender su tierra y su agua, ¿pues a quién espera que lo haga?

Concluyendo, queremos añadir que el caso del desvío de Aqueloo no es único. Tiene semejanzas con otros, como el proyecto Garriso Diversio Unit, que se puso en marcha en la década de los ´50 en EE.UU. La obra fue diseñada por las autoridades americanas y preveía el transporte de agua del lago

Sakakawea del río Misouri, a través de un canal, a la cuenca hidrográfica del río Hudson en Canadá. Las consecuencias medioambientales previstas del desvío, a causa de la intensificación de la irrigación, eran tales que finalmente la obra fue abandonada, dejando detrás suya centenares de obras a medias, ¡haciendo historia como ´el fiasco Garriso´!

La más reciente anulación de una obra semejante al desvío de Aqueloo tuvo lugar en 2005 en España y concernía al desvío del río Ebro. Su desvío estaba incluido en el Plan Nacional del Agua que elaboró el gobierno español anterior y su propósito era la modificación del curso del río, o en concreto de 1.000.000 de metros cúbicos de sus aguas hacia el sureste, con el fin de suministrar agua de regadío a la región de Valencia, la cual a causa de la extracción excesiva de agua-para el desarrollo de un modelo de turismo masivo con campos de golf y unos cultivos de agricultura intensiva-corre el riesgo de la desertización. El plan del desvío y sus consecuencias en el delta del Ebro en Cataluña desencadenaron unos fuertes enfrentamientos sociales y políticos por el agua, teniendo como resultado final su anulación.

La construcción del complejo de presas y tuberías en el curso superior de Aqueloo para su desvío hacia Tesalia, es la obra de “desarrollo” más grande durante los últimos años en Grecia, respecto de la gestión de la tierra y de los recursos naturales, y hoy constituye la culminación del ataque catastrófico del Estado y del Capital al medio ambiente, como este ha estando formándose desde hace miles de años, con unas construcciones faraónicas de uso limitado, aspirando a la concentración y la comercialización de sus recursos, como en este caso el agua, teniendo como único criterio la especulación, así  como el control de la sociedad por los patrones políticos y económicos.

¡No al desvío de Aqueloo! A defender el medio ambiente del pillaje y la destrucción.

Dimitris Andrutsópulos,

Atenas, octubre-noviembre de 2006

http://squathost.com

El texto en griego.


[1]

La Compañía ´Pública´ de Electricidad

[2] N.d.T. La provincia de Atenas, capital de Grecia, en la que vive casi el 40% de la población del país.